La cita era a las 9:30 AM del domingo. Como era de esperarse, cada integrante de la Tuna había tenido un fin de semana bastante agitado, pese a eso: el deber llama.
Fuimos llegando de pocos en pocos, hasta reunir un número considerable para la actividad a la que nos habían convocado. Era una actividad del Congreso, que ahora, abre sus puertas al público cada domingo para brindar algo de entretenimiento en un intento de reconciliarse con el pueblo. Nos instalamos en un salón que nos habían encomendado y habiendo armado nuestro “campamento gitano” comenzó la tocada.
Los temas usuales de la tuna como la Copla del Rondador, La morena de mi copla, Clavelitos y otros más se hicieron presentes y lograron mover a la gente pese al clima que sugería quedarse en cama ese domingo. Como sea, tocamos e hicimos que la gente de chispazos de vida aun con somnolencia y frío, sumados a la ineficacia del tipo que controlaba los micrófonos…. Incluso así, esta Tuna pícara, andariega y legendaria, una vez más arrancó sonrisas y hasta bailes al público.
Luego, nos movimos una vez más. Al principio con rumbo desconocido y luego anclando en la calle Capón, acogedora tantas veces de nuestros parches… entramos a un Chifa (evidentemente) y comimos raudos y veloces para cumplir con el siguiente compromiso del día…
