¡La tuna no descansa! Apenas terminaba el CETUL y el Dios Baco ya nos enviaba para una nueva aventura a las hermosas tierras de la ciudad blanca al pie del Misti por invitación de nuestros hermanos de la Tuna de la Universidad Católica Santa María.
Unos por tierra otros por aire, no importaba cómo, la consigna era llegar a Arequipa, incluso algún “adelantado a su tiempo” nos daría la primera anécdota de este viaje (Gracias Messi). La primera delegación llegó el 27 de setiembre encabezada por Tortuguita y Malagueño, a quienes luego se sumaría Loco Poggi, quienes se encargarían de representarnos el primer día. El viernes 28 ya estábamos casi completos y listos para el pasacalle por los ambientes de la universidad en el transcurso de la mañana. Por la tarde ya luego de almorzar y conocer un poco la ciudad nos preparábamos para la primera presentación oficial donde evaluarían mejor pandereta, mejor bandera y mejor capa… En resumen, nuestro pandero estuvo en el baño durante nuestra presentación, la bandera se cayó mínimo unas tres veces y la capa apenas bailaba por falta de oxígeno y alcohol… No ganamos nada esa noche pero celebramos como campeones hasta las 5 de la mañana compartiendo con las tunas y poniendo la mística para nuestros pardillos, quienes guardan un grato recuerdo del hermoso clima arequipeño.
Ya amanecía el sábado 29, era el día central, unos reviviendo por la trasnochada celebración del día anterior cuando de pronto llegaría nuestro director musical ¡Se acabó el relajo y las celebraciones! A ponerse el traje, ya es hora de salir, enrumbamos con dirección a una radio nacional donde Loco Poggi haría gala de su garbo y verbo para poner la picardía en vivo. Nuestros hermanos, los católicos, nos llevaron por la ciudad y al gran mirador Yanahuara para contemplar la majestuosidad del Misti y aprovechar para recordar el sabor del tradicional queso helado acompañado de unas deliciosas arequipeñas (¿serán las cervezas?) ante el tremendo calor de la mañana.
Las horas iban pasando y ya era momento del almuerzo, donde indudablemente no podría faltar un plato “especial” para nuestros pardillos ¡A la prueba de sonido! Afinando los instrumentos y dejando todo listo para nuestra presentación que cerraría el evento (sí, esta vez nos tocaba últimos), nos dirigimos a ensayar y afinar pequeños detalles.
Ha llegado el momento, ya avanzada la hora nos dirigimos al auditorio, y como de costumbre ¡Instrumento en mano y a caminar! Es turno de San Marcos y cerramos el certamen dejando a todos bailando para luego sentarnos a esperar el turno de la premiación ¿Ganamos? Pues sí, nos llevamos para Lima dos premios: Mejor Instrumental y Primera Mejor Tuna ¡A celebrar!
Tuno Chavo Guerrero.