Al son de la Tuna, jóvenes tunos este abril pasado emprendieron uno de los viajes más significativos de enriquecimiento lícito de la tradición, disfrutamos de las ciudades más hermosas de España, la madre patria. Este escrito es un resumen de las historias que queremos compartir con ustedes, hay otras que no podremos.
Este viaje a España estuvo pendiente por más de 15 años y fue aplazado innumerables veces por diferentes motivos, pero nunca olvidado. Es así como en enero del 2018 recibimos la invitación para participar en el renombrado Certamen Internacional de Tunas “Costa Cálida” en su XXXI edición a desarrollarse en la primaveral y hermosa Murcia. Hasta ahí llegamos gracias al apoyo del filántropo tuno “Púber” y de la mano de nuestro diestro director musical “Chispita” se preparó juiciosamente lo mejor de nuestro repertorio estudiantil. Fueron 17 tunos netos sanmarquinos, viejos y mozos, maestros y pupilos, que cruzamos el Atlántico. Se marcó una línea en el piso y decidimos “recuperar el tesoro de Pizarro”, todo el viaje fue alegrías, cómo no contagiarse de “Loco Poggi” y su gran entusiasmo de correr la Tuna quien vistió de traje durante todo el viaje en avión y las azafatas “cantaron y oraron en latín” con él. ¡No bebimos más!
Nuestra primera parada fue la impresionante Madrid, teniendo la oportunidad de disfrutar de sus emperatrices y su Reyna, conocimos sin agotamiento la “dura” vida nocturna y conocimos rápidamente la ciudad, haciendo buenos amigos en el popular “Mesón de la Guitarra”, bar frecuentado por bebedores y tañedores tunos madrileños y los majos de la Tuna del Botín. Exploramos y gozamos de Madrid desde el Sol hasta las puertas de Alcalá, bebimos sus vinos, reímos sus risas y comimos sus carnes. Luego visitaríamos la antigua ciudad de Toledo, famosa por el acero toledano y sus interminables murallas de piedra, disfrutamos de su historia; pero sobre todo de su sentir, ya no bebimos más. Toledo nos brindó la oportunidad de compartir nuestra música con gentes del mundo entero quienes no solo brindaron sus efusivas palmas, rostros de asombro y muestras de agradecimiento, si no que fieles a la costumbre las palmas se materializaron en miles de euros -en centavos- y dólares del Norte, la Tuna de la vieja universidad San Marcos estaba en España, se rondó y nuestros corazones latieron al ritmo de Toledo y la pandereta. ¡No bebimos más!
Siempre rumbo a la primavera, nuestro siguiente destino fue la ciudad costera de Alicante -debería llamarse alucinante- tomamos bus para ahorrar para las cuitas, 5 horas de viaje en el que disfrutamos el paisaje por 5 minutos pues aprovechamos para hacer lo que nunca hicimos en Madrid y Toledo: dormir. Pasamos unos días increíbles en Alicante, es que Dios es Tuno y Baco nuestro padrino, allí conocimos a la Tuna de Medicina de Alicante, Tuna hermana con acento che español, nos disfrutamos, disfrutamos de la amabilidad de su gente, la panadera, la heladera, la vinera, la cervecera, la cumpleañera, la alicantina y el mar, sus finas playas besadas por el mar mediterráneo, no faltó el conocimiento histórico de la ciudad con el imponente Castillo de Santa Bárbara. Fue nuestra estadía en Alicante una de las más sabrosas, nos permitió degustar 25 deliciosos vinos mientras saboreábamos una cena preparada por “Pipo” y “Aguilucho”, brindar serenata a las hermosas damas alicantinas, bailar en las calles al son de la guitarra criolla de “Pipo” y preparar los últimos detalles para nuestra presentación en Murcia. ¡No bebimos más!
Llegamos a Murcia cerca al cielo, después de un corto viaje, con la bandurria y laúd afinado, el cajón dilatado, las guitarras a cañón y con los ánimos a tope, disfrutamos del aroma del río y con la bendición de la Virgen de los Peligros, el certamen nos esperaba. ¡No bebimos más!
En Murcia se celebraba la fiesta de la primavera como en Ayacucho los carnavales, en Tarma la semana Santa o en Lima los Milagros de Pachacamac, se respiraba un ambiente muy festivo. La Tuna de Medicina de Murcia, organizadora del certamen, nos agasajó con los más finos manjares de la gastronomía murciana, algunos se comieron hasta las hojas del paparajote a pesar de que no es comible y en la radio local probaron parte de las 59 cajas de Pisco que llevamos. ¡No bebimos más!
Esa noche fue nuestra participación en el Certamen, también conocido como “el mundial de Tunas”. Fuimos muy bien recibidos por los murcianos, nos llenaron de vivas, palmas, aplausos, cariño, afecto y mucho y mucho y mucho “cariño”, a cambio disfrutaron ellos de la dulce y sabrosa marinera limeña “Morena la flor de Lima”, nuestro solista se lució al estilo de Raphael cantando “Chabuca Limeña” y siempre acompañados por los hábiles bailes de capa, rítmicas panderetas y la danza de la bandera el público encontró el ritmo peruano bailando un festejo al son del cajón de “Peter” y el violín de “Chispita”. Después vendrían muchas más celebraciones compartiendo miles de copas de vino, bocatas, risas, anécdotas, historias, protocolos y siempre música. Disfrutamos la fiesta hasta el amanecer con la hermana Tuna donde siempre cuatro huevos son dos pares Tuna de Alcalá de Henares, la coincidente e histórica Tuna de Derecho de Santiago de Compostela, la más afanada Tuna de Granada del escudo en pecho, la viajera Palmas y sus tunos gigantes, los científicos de Valencia, los seleccionados de Lisboa con su porte y elegancia, las de Colombia que nunca fueron menos y nuestros anfitriones, Medicina de Murcia, con su alegría y caballerosidad. ¡No bebimos más!
Nuestra última noche en Murcia nos brindaría más alegrías pues para orgullo de nuestra Tuna obtuvimos el tercer premio en el certamen, gracias a los jurados que nunca conocimos o tal vez sí. La noche no pudo ser mejor con la brisa de la primavera y las celebraciones que no se detuvieron hasta el amanecer. Quedan en nuestra memoria muchas anécdotas, las clases de natación que “Viejo” dio a nuestros novatos en la pileta del parque del Tuno, las clases de canto con las que “Manotas” entretuvo a varios (des)afortunados hasta la madrugada, las vivas interminables de Alcalá, la carga de “Chispita”, los tres desayunos de “Manotas”, los interminables ensayos de “Pipo”, el bautizo al tuno “Contundente”, los niños bailando pandero en las calles de Murcia, y un largo etcétera. ¡No bebimos más!
Satisfechos emprendimos la vuelta para tomar nuestros respectivos caminos de regreso a casa, a la universidad y al trabajo, nos despedimos de España para volver a nuestros hogares, con memorias imborrables, nuevos amigos que ahora son hermanos de nuestra Tuna e infinitas anécdotas que contar a las siguientes generaciones de la Tuna Universitaria de San Marcos. ¡Aúpa Tuna! ¡Viva la Tuna! ¡Viva la Universidad! ¡Vivan los estudiantes!
Tunos Viejo y Puber.